La Gravedad de la Tristeza
- Annick Doza
- Jun 10
- 2 min read
Y entre cenizas que vuelan, hay quien ve belleza.
Para ti, que sabes escuchar los quejidos suaves del polvo.
Shady Shady

La tristeza se sienta con sus largas piernas sobre la roca donde alguna vez germinó la esperanza.Sus pies pesados, fríos y desnudos, reposan sobre la tierra del mañana.
Su dedo gordo, desnudo y herido, lanza hacia el suelo un dolor inmenso en suaves golpecitos.
Allí nace lo que no se encuentra: una herida eterna, vacía, abandonada.
En un loco intento de arrullarla, la tristeza no se reconoce.Y el mañana… nunca nace.
Permanece sentada, aplastada, hundida en lo más profundo de su existir.
Sin ojos para ver al frente, su dirección la determina el impulso de su dedo gordo.
Se sostiene, hambrienta, de lo que no es.
Y sin suficiente hambre, jamás pregunta por lo que será.
Sin darse cuenta, sofoca la esperanza que brota tímidamente de la roca de la fe.
Antes de sentarse, ella llega hermosa, sutil, con un susurro al oído.Tan suave y serena, logra hipnotizar a la razón.
Encuentra entonces la cima más alta, y se deja llevar por los vientos.
Aquí y allá, la alegría la saca a bailar.Pensando sin razón, se deja llevar.
En ese baile, la llama de la alegría comienza a apagarse.
Su fuego vigoroso entra dulcemente en el compás del corazón del dedo gordo del pie.
Así, en un día cualquiera —ni bueno ni malo—,la sonrisa ya no está.
Lo que está, no es.
Lo que no es, no está.
¡Oh vacío eterno! Déjame llenarte con mi tristeza.
Y por eso la tristeza sigue allí, sentada,con sus largas piernas sobre la tierra del mañana,sin ojos para verla.
Y también por eso es hermosa.
Porque sueña con lo que no se ha visto,busca lo que ya tiene,siente con el corazón y aún no se ha encontrado.
Eterna y sola, lo siente todo en su solitud.
Eso la vuelve densa, aislada, vacía…tanto, tanto,que hasta la gravedad misma la ayuda a convertirse en ceniza.
Pero incluso en polvo, sigue siendo hermosa.
Sus granitos, volando por los vientos,crean quejidos, llantos, heridas, dolor...todas muy, muy pequeñitas.
Suficientes para crear poesías hermosas.
Suficientes para ofrecer descanso a la razóny abrir espaciopara una vida sin sentido.
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